
Siempre tenemos mucho miedo a lo desconocido. Conocemos a alguien y en seguida pensamos que no debemos confiar en él/ella, que lo más probable es que sea un@ psicópat@ capaz de lanzarnos sus manos al cuello en cuanto le abramos un poco nuestra vida.
Evaluamos cada información que nos proporciona tratando de encontrar algún tipo de mentira entre sus argumentos, y analizamos con cierto escepticismo cualquier detalle.Estamos acostumbrados a que la gente sea mala por naturaleza, a que en un momento o otro nos acaben decepcionando, así que no nos creamos grandes expectativas, somos celosos de nuestra vida, de como es, de que nadie pueda alterarla, y así cerramos puertas y dejamos al margen a todo aquel que se acerca al alféizar de nuestra ventana.
Claro que la culpa no es nuestra nos han enseñado a tener miedo de todo: miedo de las niñeras que cuidan a nuestros hijos, miedo de nuestros vecinos extranjeros, miedo de que alguien nos envenene comiendo carne de rata con nuestra hamburguesa, miedo de que no hayamos visto ningún entierro chino (ya sé sabe las leyendas urbanas)...Nos bombardean con noticias sobre guerras, sobre maltratos a la mujer, sobre abusos infantiles, sobre negligencias médicas, sobre asesinos en serie, sobre atracos, sobre mendigos que mueren quemados, sobre adolescentes desequilibrados, etc, etc, etc.
Y al final, nuestra confianza se quiebra y si alguien se quiere acercar sacamos todas nuestras armas, incluido un escudo blindado, para impedir que la información herméticamente contenida en nosotros se pueda filtrar y alguien nos pueda hacer daño.
Comentarios